Los buenos rindes vienen de la mano de un correcto manejo

Los buenos rindes en soja vienen de la mano de una completa protección contra las  adversidades a las que se enfrenta un cultivo, dentro de las cuales los insectos y el complejo de enfermedades foliares son una parte importante.

En su articulo, el ingeniero Santiago Barberis apunta que manejar insectos y enfermedades requiere de acciones preventivas como la rotación de cultivos, el uso de terápicos de semillas, la elección de fechas de siembra y estructura de cultivo. Si pese a todas estas acciones las plagas continúan su progreso habrá que apelar al control químico.

Para saber si las plagas aumentan en un lote se recomienda realizar un correcto seguimiento, con el muestreo adecuado en tiempo y forma; así como para establecer cuándo realizar el control químico conviene considerar cuando la plaga supere un umbral de daño, que es la cantidad de plaga necesaria para hacer un daño similar al costo de controlarla. Para no quedar igualado se utiliza el umbral de acción que es levemente más bajo que el umbral de daño. Durante años el productor ha utilizado los umbrales para las distintas plagas según indicación de distintas instituciones públicas. Dichos umbrales se han  adaptado pero, por ejemplo, para insectos son específicos para control con insecticidas de volteo, dice el ingeniero Barberis.

En la campaña 2012-13 y 2013-14 Dupont realizó 45 ensayos en toda la zona sojera central para comparar entre la aplicación de Rynaxipir y Dinotefuran a las dosis de marbete en R3, en el inicio de formación de chauchas vs. un testigo sin aplicar. Aquí, sólo se tuvo en cuenta el estado fenológico y no un umbral. Según el Ing. Agr. Santiago Barberis de Lares, quien estuvo en el día a día de los ensayos “Fueron dos campañas totalmente diferentes en cuanto a la presencia de insectos. La primera tuvo baja presión y la segunda alta, principalmente de lepidópteros y Trips. Las respuestas promedios para la primera campaña fueron de 200 kg/ha, aproximadamente, y 500 kg/ha para la segunda. Estos datos nos indicaron el impacto promedio que tuvieron las plagas durante esas campañas”, explicó.

Para comparar esta aplicación con el manejo tradicional durante la segunda campaña, 2013-14 se agregó un tratamiento a los ensayos. “Si en R3 no se alcanzaba el umbral de acción, la aplicación se realizaba al momento que se llegara. Esta condición se obtuvo en 5 ensayos y las respuestas fueron de aproximadamente 200 kg/ha a favor de la aplicación en R3 vs. una aplicación con umbral”, agregó Barberis.

El factor común fue la presencia de lepidópteros, isoca medidora o anticarsia en una cantidad menor al umbral y en todos los casos presencia importante de Trips. “El efecto de defoliación por lepidópteros más el roído de Trips ocasiona un daño más importante que el que suponemos”, analizó Barberis.

Con esta experiencia, al comparar la tecnología Crop Shield vs. la tradicional se puede decir que:

•                    El momento de R3 para dos campañas fue coincidente en muchos casos con aplicaciones de defoliadoras, bolilleras, Trips y en algunos casos chinches. A esto se suma en muchos lotes la aplicación de fungicidas para el control de enfermedades de fin de ciclo.

•                    La respuesta en rendimiento fue superior a los 200 kg/ha según incidencia de las plagas.

•                    Se observó persistencia de acción por más de 21 días en los ensayos para defoliadoras y chinches.

•                    En todos los ensayos que se evaluó calidad de granos con prueba de tetrazolio se obtuvo valores de daño por chinche inferiores vs. el testigo sin tratar.

•                    Permitió hacer mejoras en la toma de muestras para la determinación de población de Dichelops, chinche de los cuernitos. Esta plaga debe relevarse lo que cae en el paño vertical más lo que se encuentre en el suelo debajo del rastrojo.

•                    Posibilitaría estudiar la generación de umbrales combinados que determinen el impacto de dos plagas en forma simultánea.

 

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