La calidad del forraje es de vital importancia en la producción de leche

Esta rumia estimula la secreción de bicarbonato junto con la saliva, el cual sirve para atenuar descensos de pH ruminal ligados al consumo de carbohidratos de alta fermentabilidad que desencadenan problemas de acidosis. En pocas palabras, el aporte de fibra efectiva ayuda a prevenir los problemas de acidosis ligados al consumo de dietas típicas de vacas de alta producción. 

Por otro lado, el forraje sigue caracterizándose por ser un ingrediente de bajo costo que, calidad de por medio, permite abaratar el costo total de las dietas del tambo. Por ejemplo, el costo de una dieta de tambo actualmente puede incrementarse en un 7% por incluir un silaje de maíz más fibroso por tener poco grano (52% FDN) que por incluir un silaje menos fibroso por tener más grano (40% FDN).

El forraje ideal 

Muchas veces los nutricionistas recibimos como pregunta cuál es el forraje ideal para la producción de leche. Si bien la respuesta a esta pregunta puede ser muy variada, desde mi punto de vista la respuesta es muy sencilla. El forraje ideal es aquél que me permita balancear la dieta más barata con los parámetros que yo considere necesarios. Bajo este criterio, para un silaje de maíz es deseable que el mismo aporte energía, fibra y que no deprima el consumo voluntario, mientras que para un silaje de alfalfa o rye grass además queremos que aporte proteína.

La fibra del forraje 

Desde un punto de vista nutricional, la fibra de los forrajes es un componente químico que es lentamente degradado en el tracto digestivo y solamente gracias a la acción de ciertos microorganismos. Además, por ser lentamente degradada, la fibra limita el consumo voluntario por parte del animal. 

Dado que la fibra se caracteriza por tener baja digestibilidad, la calidad de los forrajes está determinada por la concentración de la fibra y por la composición de la misma. Tal es así que, debido a las menores concentraciones de fibra (FDN), ciertos silajes de alfalfa en estados vegetativos pueden tener concentraciones energéticas mayores a las que contienen ciertos silajes de maíz.

Por otro lado, la composición de la fibra es otro determinante de la calidad de la misma. La fibra como tal es un componente heterogéneo formado por tres estructuras principales que son: la hemicelulosa, la celulosa y la lignina. A diferencia de la hemicelulosa y la celulosa, que por ser carbohidratos tienen digestibilidades relativamente elevadas, la lignina es un componente de muy baja o prácticamente nula digestibilidad. En definitiva, la concentración de la lignina dentro de la fibra total es un determinante de la calidad de la fibra. 

Si bien la calidad de la fibra tiene gran importancia en la digestibilidad del forraje, es importante resaltar también que la calidad de la fibra tiene gran importancia en el consumo de la vaca. Datos provenientes de la Univesidad de Michigan demuestran que vacas que consumieron dietas que contienen silajes de maíz BMR (de baja concentración de lignina) consumieron más materia seca y produjeron más leche que vacas que consumieron dietas que contienen silajes de maíz convencionales. 

Stay-green en silaje de maíz: Mito o realidad

Al momento de elegir materiales de maíz, muchos técnicos y productores eligen materiales con la característica stay-green pensando en lograr silajes de maíz de alta calidad. Sin embargo, que un material tenga la característica stay-green, ¿implica realmente que tendrá mayor calidad forrajera? 

La característica stay-green se caracteriza por manifestar un retraso en la senescencia foliar de la planta. En otras palabras el tallo y las hojas permanecen verdes mientras el grano de la espiga se va secando. Esta característica está ligada a la presencia de clorofila (un pigmento verde) en los tejidos vegetativos de la planta. Este color verde muchas veces tiende a relacionarse con forraje fresco de baja concentración de fibra y alta digestibilidad.

 

Autor: Gonzalo Ferreira – Especialista en Nutrición Animal

 

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