Fuerte inversión pública y privada

Se trata de un espacio de vanguardia para la transferencia de conocimiento a los distintos sectores productivos del país. El espacio será un punto neurálgico de interacción entre los ámbitos público y privado, equipado con la más alta tecnología y el plantel científico más prestigioso, al que se sumará la participación de investigadores del CONICET para la puesta en marcha de cada uno de los proyectos.

Los responsables estiman una inversión total, para cuando esté finalizado el edificio que comenzará a construirse el próximo año, de 10 millones de dólares, entre aportes públicos e inversiones privadas locales y del exterior. El Centro es el resultado de una serie de acuerdos entre el Instituto Fares Taie y el CONICET, los ministerios de Ciencia y Tecnología, de Producción y de Agroindustria de la Nación, así como el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, el SENASA, el INIDEP, el INTA, el INTI, la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), la Municipalidad de General Pueyrredon y las Universidades Nacionales de Mar del Plata, La Plata y del Centro de la Provincia de El Instituto Fares Taie ya venía realizando análisis clínicos y en materia de salud alimentaria y veterinaria, pero el Centro significa la consolidación de una apuesta más: lograr convertirse en un canal fiable entre el desarrollo científico público y las necesidades del sector privado, en las áreas de medio ambiente, salud, alimentos y agroindustria.

“Creemos que el momento del país nos exige la búsqueda de soluciones concretas para el desarrollo productivo. Queremos ser mediadores entre la ciencia que existe en la Argentina y las empresas, buscar el conocimiento y transferirlo”, explicó Hernán Fares Taie, director del Instituto. “Es un paso importantísimo porque, si bien las universidades cumplen un rol fundamental, no siempre lo hacen con la dinámica o la velocidad que las empresas requieren”, agregó.

El año próximo el Centro empezará a levantar su propio edificio. “En planta baja habrá una galería de arte porque creemos en la unión entre ciencia y arte; y cuatro  pisos más para un centro de reunión para capacitaciones, docencia e investigación y laboratorios por supuesto.”, contó el directivo.

En el lanzamiento del Centro participaron el director de la Red de Seguridad Alimentaria y directivo de CONICET, Carlos Van Gelderen; el Director Nacional de Vinculación Tecnológica, Ramiro Picasso; el Director de CONICET Mar del Plata, Guillermo Elicabe;  el directivo del INIDEP, Marcelo Pájaro; los secretarios de Salud y de Gobierno del Partido de General Pueyrredon, Gustavo Blanco y Alejandro Vicente, respectivamente; el secretario y subsecretario de Producción, Ricardo de Rosa y Alberto Becchi, respectivamente; la coordinadora de Comercio Exterior de la Secretaría de Desarrollo Productivo, Lorena Laurito, y Miguel Ángel Deymonnaz, de Bromatología del Partido de General Pueyrredon; Cristina Sainz Biurrum, gerente de IRAM regional Buenos Aires Sur; así como también representantes de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Dr. Martin Eguaras, la Dra. Marcela Gerpe y Dra. Melina Nisembaum, entre otros.

La presentación se dio en el marco del fuerte impulso que viene recibiendo la biotecnología en materia de políticas públicas, en especial a partir de la reglamentación de la ley que firmó la última semana el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, legislación que establece una rebaja de impuestos para el área.
 
Necesidad concretas, soluciones rápidas

El objetivo principal del Centro Biotecnológico Fares Taie es ser un espacio de transferencia de soluciones biotecnológicas destinadas a mejorar la producción agropecuaria, la calidad de alimentos y el cuidado del medio ambiente en todo el país.

Por caso, el Centro ya está trabajando para resolver un problema de pérdidas millonarias en la exportación del maní, del que Argentina es el principal exportador mundial. “Vino a Mar del Plata la gente del Instituto de Patología Vegetal de INTA Córdoba e INTA Manfredi, de la Fundación Maní Argentino y Cámara del Maní  e hicimos una mesa de trabajo durante dos días para fijar un proyecto de desarrollo que insumirá aproximadamente 3 millones de dólares y que tomará al menos tres años, pero va a reducir las pérdidas en la exportación del maní. Hoy, el sector pierde varios millones de dólares anuales por enfermedades o por problemas de sequía. La Argentina exporta 1.000 millones de dólares al año, pero pierde el 10% de su cosecha. La idea es recuperar eso”, señaló Hernán Fares Taie.

“Otro de nuestros roles es obtener el financiamiento para este tipo de proyectos. Por eso fuimos a Estados Unidos a buscar capitales de riesgo para que vengan a invertir acá. Cuando el proyecto provea soluciones, también va a ser rentable para los inversores. Vendrán biotecnólogos de la Universidad de Carolina del Norte a trabajar a nuestro país”, detalló.

Además de ese proyecto, el Centro trabaja en el tratamiento de hidrocarburos en las sentinas de los barcos, en el reemplazo de los acaricidas por productos naturales orgánicos en las abejas, en la detección del virus de la mancha blanca en langostinos (que permitió la apertura de nuevos mercados) y en la reducción de la resistencia a los antibióticos en los animales de consumo humano; todo esto trabajando en forma sinérgica con el sector publico para potenciar y facilitar la búsqueda de soluciones.

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