“Boliches extra muros”

La ciudad no logra destrabar ciertos problemas recurrentes, con debates eternos, con ordenanzas que no terminan de ser efectivas.

 El Consejo Deliberante, intenta una vez más, dar un marco regulatorio a la actividad, con iniciativas del concejal Jorge Boasso y ediles del PRO.

Un caso emblemático es el control de la actividad nocturna que se desenvuelve entre bares y boliches, con su previa y su “after”.

Ruidos molestos, disturbios, problemas de tránsito, son los episodios típicos vividos en las puertas de estos negocios. Justamente, por ser en la mayoría de los casos, conflictos extra muros, los empresarios de la noche se defienden.

Lisandro Tambone es socio de Kubrick Bar, en diálogo con ON24 sostuvo:

“La regulación de la actividad tiene que ser un trabajo en conjunto del municipio y los empresarios, encontrar alguna idea en común que no sean trabas constantes.

El negocio de la noche está mal visto y en realidad es un emprendimiento como cualquier otro, nuestro negocio es ofrecer diversión a la gente y eso no tiene nada de malo.

Pero lo importante es que se reconozca que esto es un emprendimiento, que incluso hace más atractiva a la ciudad turísticamente.”

Como toda empresa, sostiene Tambone, necesita trabajar sin trabas constantes y generar ganancias.

Consultado por el problema que domina el debate, lo que sucede puertas afuera, el titular de Kubrick explica: “Lo que pasa fuera de nuestro negocio es lo mismo que pasa fuera de los estadios de football. Nosotros podemos llegar a colaborar, a pedirle a la gente que no haga ruido mientras está haciendo una cola para entrar, pero más que eso es imposible”.

Respecto a los bares “convertidos” en boliches luego del horario de cena, otro punto álgido del debate legislativo, Tambone describe la dinámica comercial de estos emprendimientos:

“Planteas un formato de negocio y después se va transformando a medida que el público te demanda otra cosa. Estoy de acuerdo que habría que tipificar, pero una vez que se cumplan las reglas que nos dejen trabajar tranquilos.

Los vecinos denuncian por ruidos que la gente hace en la calle. Nosotros no somos un colegio. Es un tema cultural, y la gente sabe que en la calle no se grita sean las 2 de la mañana o de día.

Siempre se culpa al comerciante. Por qué a la gente no se la tilda de mal educada, por qué se objeta al comercio y no al que falta a la norma?”.

Un tema de responsabilidades individuales de los que deciden salir a divertirse, tomar y conducir.

Conducta, respeto a la norma, conocer el límite de cada uno. Una cuestión que excede a la noche.

Por Fabiana Suárez

f.suarez@on24.com.ar

  

 

 

 

 

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