El éxito de Evangelina Fissore como marca personal

 POR: FERNANDO J. SANCHEZ

Después de trabajar 10 años en relación de dependencia en una importante empresa, Evangelina Fissore descubrió que su tarjeta de presentación no debía tener otra marca que no fuera la propia. Tampoco le importó que su familia no viviera en Rosario, el desafío de crear su propio emprendimiento pesó más que su natural miedo a lo desconocido. Y es que si bien todos hemos sido invitados alguna vez a un evento, muy pocos conocemos la trastienda de la organización de una fiesta. Sería algo así como la “cocina” de la cocina.

MARCA REGISTRADA/NAMING: Evangelina no apeló a un nombre de fantasía para designar a su empresa, sino que decidió registrar su nombre como marca en el INPI (INSTITUTO NACIONAL DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL). Decidió que lo importante era transmitir su impronta personal, su estilo, su buen gusto y puso en juego toda su reputación para “endosar” su trabajo.

LOGO/EVENTOS: No es casual entonces que su logotipo sea su firma y que su slogan sea tan atrevido “Tuyos los invitados, mía la magia”. “Es que mis clientes tienen una única decisión, afirma, sólo deben decidir a quienes invitar y a quienes no, porque fuera de eso, todo lo demás lo sugiero yo. Por supuesto eso no significa que el cliente no tenga la última palabra”. Pero Evangelina, después de organizar más de 100 fiestas, reuniones, cocktails, etc , posee el know how suficiente para recomendar no sólo el lugar y la empresa gastronómica apropiada para el bolsillo de cada persona, ya que cuenta con una agenda valiosísima de más de 50 proveedores que van desde el dj, el sonido, la banda musical y hasta los originales LLeLLé.

MARCA INGREDIENTE: Toda marca importante sabe que debe contar con otras marcas para enriquecer su propuesta y Evangelina Fissore es representante en nuestra provincia de la marca española LLeLLé que provén una original solución de silicona para que los tacos no se hundan en terrenos difíciles en caso de tratarse de  eventos  al aire libre, tan en boga por estos tiempos. Y no sólo se preocupa de ese pequeño-gran detalle, también ha recurrido a reconocidas marcas y diseñadores para vestir a sus invitados, como El Camarín o el famoso Benito Fernández. Personalmente la felicito también por llevar a sus eventos los food trucks del Farruquito.

EMPRESA PEQUEÑA, ALTO IMPACTO: Su emprendimiento no requiere de muchas personas en relación de dependencia, pero el impacto de su trabajo repercute en más de 100 familias. “Efectivamente mucha gente no es consciente, que una buena wedding planner debe subcontratar a DJs con ayudantes, fotógrafos, caterings que a su vez contratan a su brigada de camareros,  y así una fiesta que ronda el medio millón de pesos de presupuesto esa noche le da trabajo a muchísimas personas”.

CLIENTES: Como toda marca exitosa, Evangelina sabe muy bien que su propuesta debe hacer click en las fantasías y deseos de sus clientes. Muchas veces los eventos, son sólo excusas a la que recurren quienes sólo quieren estrenar vestidos exclusivos y elegantes. Por eso conocer a la perfección los gustos de los clientes es fundamental y requiere mucho estudio. Pero no sólo se dedica a eventos de tipo social como cumpleaños y bodas, también organiza reuniones cuyo fin es festejar el aniversario o presentar en sociedad a una nueva marca. “Es que si bien las marcas se crean con el logo, se desarrollan con las relaciones públicas, afirma Evangelina, y por eso, los eventos son puntos de contacto fundamentales para crear experiencia de marca” y apela a su memoria para contar que ha sido contratada por marcas locales y nacionales para todo tipo de reuniones. Para finalizar la nota le pregunto que piensa respecto de la tendencia de las parejas a no formalizar demasiado sus decisiones de convivir y si eso influye o no en que haya menos trabajo para su emprendimiento, me dice: “contrariamente a lo que parece, la gente se case o no por civil, sigue apostando a celebraciones inolvidables”. Pero cuando le estoy por repreguntar que sería para ella una celebración inolvidable, me reprimo y no le pregunto más porque recuerdo su slogan y me digo a mi mismo, que a ningún mago le gusta que le pregunten por el secreto de sus trucos.

 

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