Las excusas viajan en colectivo

No habrá suba del boleto de transporte en Rosario. Así lo decidió la intendenta Fein, quien consciente del desfasaje de costos, dispuso no mover la tarifa porque entiende que “es un momento delicado para el bolsillo de la gente”. Tan delicado como la situación electoral del partido de gobierno, la cual parece ser el verdadero motor de la medida. ¿Tomará la mandataria la decisión de subir el boleto pasadas las elecciones?

La situación se presta para esgrimir viejos argumentos y plantear falsos dilemas. Por un lado,  se apela a la falsa gratuidad: el Ejecutivo argumenta que la brecha entre el precio del boleto y el verdadero costo del servicio “la absorberá la Municipalidad”. Cuando, en realidad, lo financiarán los contribuyentes a través del re direccionamiento -que deicidio el gobierno- de partidas destinadas a la obra pública, un rubro para el que el oficialismo nunca tiene los suficientes recursos.

Por otro lado, los funcionarios reviven la supuesta rivalidad entre los números y la política. Pues, para el secretario de Gobierno, Gustavo Leone,  “siempre la discusión del boleto ha sido política”; como si los datos económicos no importaran. ¿Acaso el gabinete municipal tiene el superpoder de hacer cerrar las cuentas que no cierran? ¿O se esconden tras falsos argumentos decisiones que no se animan a anunciar ahora?

Muy a pesar del lirismo del relato, la inacción de Fein respecto a un problema que la realidad marca, tendrá sus efectos en el tiempo. Las excusas viajan en colectivo, las consecuencias vuelan. 

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