Panorama casi cerrado para el trigo

La producción mundial de trigo de la campaña 2015/16, cuya trilla está cobrando fuerza en el hemisferio norte, con seguridad marcará un retroceso respecto del nivel récord alcanzado el año pasado. Con el paso de las semanas queda más claro que Rusia y los países de Europa occidental se encaminan a obtener rendimientos promedio por debajo de los registrados el año pasado, a lo que se suman las complicaciones climáticas en Estados Unidos, la menor producción de la India y las débiles perspectivas en Australia, amenazada por la consolidación del fenómeno “Niño” en el Pacífico ecuatorial.

Ante este escenario, el mercado internacional reaccionó con fuertes subas en el último mes. Los precios FOB del trigo duro en el Golfo de México treparon por encima de u$s 260/ton durante esta semana, mientras que el cereal blando en la zona de Rouen –al noroeste de Francia- escaló 15% durante junio hasta acercarse a € 200/ton, es decir, poco más de u$s 220/ton. Por su parte, las cotizaciones en puertos de aguas profundas de Rusia se movieron a finales de semana en el rango de u$s 195 a 203 por tonelada por mercadería de calidad panadera, según datos de APK-Inform. Estos valores nos brindan una referencia acerca del comportamiento de la oferta mundial en el primer tramo de la campaña, aunque forman parte de un mercado en el que nuestro país no se encuentra participando activamente.

Por estos días las novedades más salientes en Argentina pasan por la evolución de los trabajos de siembra y el movimiento de los precios locales, tanto en el segmento disponible como de cara a la nueva cosecha. La comercialización de trigo de la última campaña está liderada por la actividad de los molinos, observándose crecientes diferenciales de precio en favor de los trigos con mejores parámetros de calidad. La exportación, por su parte, también participa de la operatoria a pesar de tener un volumen acumulado de compras muy superior al cupo de exportación admitido hasta el momento.

En plaza Rosario hay negocios puntuales por trigo con entrega cercana o casi inmediata en los que se convalidan alrededor de $ 950/ton en condiciones Cámara, con mejoras superiores al 30% para lotes con proteína mínima del 10,5% y buen peso hectolítrico. Este premio deja en claro que los parámetros de calidad de la última cosecha no han sido enteramente satisfactorios, lo que abre interrogantes de cara al remanente que quedará sin posibilidades de colocación al finalizar el año. Sobre un total de 66.936 muestras que llegaron a la Cámara Arbitral de Cereales y fueron analizadas en el Complejo de Laboratorios de la Bolsa de Rosario, que representan alrededor de 1,75 millones de toneladas, se destaca que alrededor del 63% no superó un nivel de proteína del 11%, encontrándose el 40% en grado 3 o fuera de estándar.

Si bien la producción de trigos de calidad es una cuenta pendiente en Argentina, gran parte de los problemas de la última cosecha se debieron a complicaciones climáticas a lo largo del ciclo de los cultivos, pasando de un invierno húmedo y poco a riguroso a una primera de calor intenso y con buen caudal de precipitaciones. El resultado fue granos de poco peso y con problemas de proteína en algunas regiones, especialmente en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires, donde se acumula un importante stock del grano que condiciona las decisiones de siembra para la campaña nueva.

El avance de la implantación sigue siendo algo más lento de lo habitual, condicionado por casi dos meses sin precipitaciones en la zona central del país. Afortunadamente, las lluvias del fin de semana pasado permitieron recomponer la oferta hídrica superficial en algunas zonas. En el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires hay localidades donde prácticamente se dieron por finalizados los trabajos en los últimos días, pese a que todavía es técnicamente viable la siembra de ciclos cortos. A nivel nacional el área sembrada llega al 59% del total proyectado frente a un 64% a la misma altura del año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura. En las provincias de Buenos Aires y La Pampa la siembra llega al 44 y 27% de la superficie esperada, respectivamente.

Las referencias de precio a cosecha son altamente fluctuantes, aunque en los últimos días se estabilizaron por encima de los u$s 130/ton en condiciones Cámara y u$s 140/ton por trigo con mayores exigencias de calidad. En zonas alejadas de los puertos, en donde los gastos comerciales y de transporte pueden implicar tener que resignar hasta el 25% del precio, los planteos son prácticamente de quebranto, necesitándose más de 35 qq/ha para cubrir solamente los costos directos, sin contabilizar estructura, impuestos y/o alquiler. La pérdida de rentabilidad es el principal factor que motoriza la disminución en las intenciones de siembra, aunque buena parte de la superficie que libera el trigo no será capturada por otros cultivos, resultando en una reducción global del área destinada a siembra fina.

A esta altura del año es difícil que se reviertan los planes trazados para la campaña, a pesar de que sobre finales de la semana corría el rumor de que el Ministerio de Economía trabajaba en el diseño de estímulos para la siembra, consistentes en el otorgamiento de créditos a tasas subsidiadas y el reintegro de derechos de exportación a productores de menos de 1.500 toneladas. Es muy poco probable que estas iniciativas -ya estudiadas en otras ocasiones- generen un cambio sustancial en el sentimiento predominante hacia el cultivo. A veces un repaso a la historia es útil para resolver estos dilemas: cada vez que se dejó a los mercados agrícolas funcionar libremente, la oferta alcanzó con creces para abastecer al consumo interno a precios razonables, potenciando las posibilidades exportadoras.

Autor: Guillermo Rossi

Fuente: BCR

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