En un diálogo muy interesante con Gaspar Gutierrez en el programa ON24 agro en radio, en el estudio de LT8, el Presidente de la SRR Gustavo Sutter Schneider, fue contundente al afirmar que “desde que el socialismo le sacó el predio de La Rural (en calle Bv. Oroño y Av. 27 de Febrero), – durante el gobierno de Hermes Binner – para dejarlo en un estado de abandono”, no encontramos la forma de conectar el campo con la ciudad”.
“Fue el gran desacierto de él, nunca tuve posibilidad de hablar directamente con Binner, hoy dice querer apoyar la producción, espero que estén arrepentidos”, aseguró el aun molesto Pte. de la SRR, Gustavo Sutter Schneider.
Y agregó, “Cuando éramos chicos, entendíamos lo que era un animal de campo; las vacas, las gallinas, etc., los chicos de hoy, perdieron el interés por ese sector, era la ruralidad”. Era entender como los alimentos llegaban a la mesa. Se fue perdiendo entonces ese interés, y separando, y aumentando la brecha entre la sociedad y el campo.
“Ese era el ámbito de encuentro… empezamos a cambiar, y ahora nos encontramos en charlas que realizamos dentro de la Sociedad Rural o en Congresos Ganaderos”, señaló Sutter Schneider.
Los tiempos fueron cambiando, y se tuvo que ir ocupando lugares de instituciones del hacer económico y productivo donde hay que estar representados, pero que son más anónimos, donde se va discutiendo y tratando de defender, no siempre con suerte, los derechos de los productores.
Hoy tenemos un ateneo, conformado por jóvenes, y hay “ateneístas” que conforman la Comisión Directiva de la SRR, que aportan ideas modernas, claras, con gran empuje, saben sus objetivos, adonde quieren ir; es un apoyo importantísimo para la institución.
Hoy caímos en un anonimato dentro de una sociedad que no tiene interés en conocer quién es el otro, dice Sutter Schneider a ON24 agro. Hoy quiero ser Gustavo Sutter y no por una persona que no se sabe quién es. Seguramente no llegué a Presidente de la Sociedad Rural de Rosario por una capacidad superior al resto, sino porque acepté donar un poco más de mi tiempo, dijo.
Concluyó, “cuando salgamos de pensar tanto en la inestabilidad de nuestra micro zona porque el Estado nos empiece a dar alguna de las cosas que nunca debería habernos quitado, como seguridad y perspectiva; podremos empezar a reconocer al otro”.
