La superficie plantada se cuadruplicó

En esta línea, existe un proyecto de Ley que busca declarar a la ciudad rionegrina de Viedma como la “Capital Provincial de la Producción de Avellanas y Frutos Secos”.

De acuerdo con Luis Iannamico –referente de frutos secos del INTA Alto Valle, Río Negro–“la superficie apta para el cultivo de avellanas se ubica en el Valle Inferior del Río Negro, Valles del Río Colorado y del Río Chubut, como así también en Córdoba, Mendoza, San Luis y Buenos Aires, siendo el primero el que concentra el 95% de la producción nacional y el que más extensión y potencial presenta”.

Y agregó: “En los últimos 15 años, el interés por los frutos secos se incrementó notablemente y la superficie plantada se cuadruplicó. Esto se debe a una muy buena rentabilidad del cultivo y al aumento de la demanda por parte de la industria –chocolaterías, heladerías y panaderías– y de su consumo en fresco en dietas saludables con recomendaciones médicas”.

Según un informe de las Universidades Nacionales del Comahue y de Río Negro, la producción nacional de avellanas ronda los 240 mil kilos. Para abastecer el consumo interno se importan casi 290 mil kilos de avellanas, de las cuales el 96% ingresan peladas de Chile, España y Turquía. “Esto es un claro ejemplo de la importancia y potencialidad del cultivo en nuestro país”, aseguró Iannamico.

En la Argentina, prácticamente la totalidad de la producción de avellanas se descascara antes de su comercialización y tiene por destino la elaboración de pasta para la industria de la bombonería o del chocolate. De allí, que se trate de la fruta seca que tiene mayor diversidad de presentaciones y destinos.

Las variedades más cultivadas son aquellas destinadas a la industria de la chocolatería con Tonda de Giffoni como principal cultivar. Con buenas condiciones y un adecuado manejo de frutales se pueden alcanzar buenos rendimientos cercanos a los 2.500 kilogramos por hectárea con valores de venta de 3,50 a 4 dólares por kilo.(INTA)

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