“Un Lugar en la Tierra”. Obras de Aid Herrara

El martes 25 de abril a las 19.30 hs, en el Espacio de Arte de Fundación OSDE, se llevará a cabo la inauguración de la muestra “Un Lugar en la Tierra. Obras de Aid Herrara”.

Dossier de prensa de Fundación OSDE:

Las biografías de Aid Herrera (Puerto General San Martín, 1905 – Rosario, 1993) se inician, de manera recurrente, con una información precisa: los estudios de pintura, dibujo y grabado que realizó con Juan Greta. Que Greta era su esposo no requería de aclaración escrita; que el descubrimiento de la pintura vino de su mano, cuando recién se habían conocido, constituía una narración que ella hacía con placer. Entrelazada entonces con la cotidianeidad de la vida en común y del impulso de las clases de Greta. Aid comenzó a dibujar los objetos que la rodeaban y su universo interior, y, poco después, siguió con la pintura y el grabado. Un hallazgo y un deleite con diferentes cauces, pero el primero e invariable a lo largo de su vida fue el férreo compromiso con la obra y la carrera profesional de Grela: desde esa experiencia  sustanciosa  y  no exenta de angustias, la artista pudo desplegar otras acciones, ensayar una expresividad propia y forjar una obra sin  par.

Sobrevolar la obra de Aid en su conjunto implica acercarse a una producción con variaciones en procedimientos y temas. Indagó las diferentes técnicas -a veces en forma casi simultánea­ para encontrar el mejor modo de aunarlas con sus visiones: fue pintora, dibujante y grabadora. Le dedicó tiempo y atención a la xilografía y al aguafuerte, a los que después de impresos coloreaba y transformaba en “xilo-color” y “aguafuer-color”, devenidos en una suerte de sello personal. Cada medio le ofreció alternativas para plasmar su imaginación y a cada uno trató con deferencia, los fue eligiendo según sus necesidades expresivas, de acuerdo a los momentos de su vida y a las dificultades que sobrevinieron. Pero siempre ofreció una visión candorosa del mundo, un candor que, paradójicamente, conjugó sin interferencias con su formación plástica. Y se trate de flores o pájaros, de corazones o estrellas, de ángeles o novias, de plazas o castillos, nada escapa a su modo de ver y sentir. En cada instancia de su obra fue fiel a sus emociones e intuiciones, a sus saberes y frescura, a sus formas y colores, configurando así un repertorio único y maravilloso. También un lugar en la tierra que amerita vivirse.

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